domingo, 30 de junio de 2013

Odio humano: El experimento de la cárcel de Stanford


Llevado a cabo en 1917 por un equipo de investigadores cuyo líder fue Philip Zimbardo de la Universidad Stanford  fue un experimento muy controversial debido a exceder los límites del método científico, así como su falta de ética, el cual buscaba medir la profundidad del odio humano.  Se dividió al grupo en cuestión en “prisioneros” y “oficiales”. Se realizó en una cárcel falsa creada en el sótano de la Universidad Stanford, seguidamente los prisioneros fueron arrestados, desnudados, entre otras humillaciones. Al siguiente día, los prisioneros se rebelaron y los oficiales, en reacción, fueron extremadamente violentos. Esto se dio de manera cíclica, demostrando así que el ser humano guarda tendencias malignas en su interior. Este experimento que debió durar 14 días termino en 6 ya que el abuso irracional era demasiado y la vida de los “prisioneros” corría peligro.

El fin de este experimento se dio cuando una estudiante de postgrado (actual psicóloga) Christina Maslach objetó que la prisión mostraba deplorables condiciones. Zimbardo se sorprendió que dijeran eso ya que hubo muchas personas que habían entrado a la “prisión” y ninguno había dicho nada, es más, mostraban indiferencia ante el trato hacia los prisioneros. Con esto podemos llegar a la conclusión que el odio humano es acumulativo y al ser exteriorizado puede tornarse violento físicamente, y que incluso las personas pacíficas, en cierta forma, las “buenas personas”, pueden llegar a demostrar violencia sádica si es que les es permitido.

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